En 1967, tras presentar en algunos festivales sus composiciones, llegan por fin sus primeros éxitos. En el Festival del Miño (Orense), su tema Lazos azules y rosas, que canta Paco Ruano, gana el primer premio. Lo mismo pasa en el Festival de Eo (Vegadeo) con Nada es igual, cantada por Cholo Juvacho. También participa en en el Festival del Atlántico (Puerto de la Cruz), interpretando él mismo Un sombrero de paja, unas gafas de sol. Tras estas experiencias, considera que su futuro está en la composición más que en la interpretación.
En 1968, gracias al dinero ganado con los festivales del año anterior, sigue dedicándose a la composición, con temas más personales como El cobarde, El mendigo, El tren de madera o La romería, que decide interpretar ante los medios de comunicación, aunque sólo acuden ocho personas, en un estudio que alquila en La Voz de Madrid. Allí le escucha Juan Canal, de la editorial Canciones del Mundo, quien habla con Augusto Algueró, que a su vez le consigue un contrato con la discográfica Philips.
Graba un sencillo, todavía con Belter, con El tren de madera y El cobarde, y se presenta con ellos de nuevo en el Festival del Atlántico, donde gustan mucho al público, pero no a las autoridades de Canarias, que consideran El cobarde como un tema antimilitar. En principio la canción resulta ganadora pero se repite la votación y gana otro tema. Además Víctor Manuel está a punto de ser detenido, pero un componente de Los Sabandeños, a quien había gustado El tren de madera, consigue evitarlo. Así se empieza a conocer el nombre de Víctor Manuel, aunque más por el revuelo armado que por sus canciones en sí. Este mismo año comienza el servicio militar en Valladolid como cabo de aviación.
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